martes, 28 de abril de 2009

Estreno

Ya pasó el primer Cronotopo, hace casi un mes, y estamos muy contentas las organizadoras (Maia, Julia y yo). Teniendo en cuenta que era día feriado, fue bastante gente, y muchos amigos que disfrutaron del evento.

Pronto estaremos compartiendo las fotos de la velada que tomó Euge Kais, que anduvo con la cámara por todos lados, eternizando a los participantes y al público en diferentes rincones de la hermosa casona que es Matienzo.

Nico Igarzabal la rompió con la música. Mucho rock local, desde los covers de Ricardo Iorio hasta El mató a un policía motorizado, ¡y hasta hubo pogo por parte de un grupo de los asistentes! También hermosas bandas como Pixies y Café Tacvba, entre muchas otras cosas.

Hernán Torres pintó un mural que fue mutando a lo largo de la noche de una manera mágica, y muy interesante de observar. Contentos de ser testigos, vimos cómo el cartón se fue transformando hasta que dos personajes tomaron forma. Ya finalizadas las lecturas continuó pintando mientras todos nos dedicábamos a conversar y beber, y alrededor de una hora más tarde se alejó de la obra y recibió un gran aplauso espontáneo de la gente.

Las lecturas fueron diversas. Empezó Juan Manuel Strassburger, con un cuento breve precioso sobre la infancia, acerca del que recibí numerosos comentarios elogiosos. Algunos me lo pidieron con la intención de volver a leerlo y todo, así que tramitaremos el texto a ver si lo podemos subir acá. También leyó una poesía, y un texto más, los dos disparadores de cuestiones sobre las que quedarse meditando. No tiene mucho sentido hablar de los textos, pero los que estuvimos presentes escuchamos con atención cómo se fue soltando y nos llenó de palabras.
Julia González, como es habitual, desplegó su potencia femenina para dar rienda a relatos cotidianos. Así pasaron entre otras cosas un texto en que reflejó un ataque de pánico, y otro sobre su primera noche en una casa nueva.
Cerró la noche Juan Terranova, breve, pero con actitud rockera. Leyó unas poesías surrealistas entre las que, para alargar la cuestión, mechó una anécdota sobre otra lectura de poesía a la que había sido invitado. Cosechó carcajadas y dejó a la gente con ganas de más.

En el medio de todo eso, Milena Cacerola armó una pequeña feria, hubo caramelos, se bebió vino, cerveza y otras cosas, hubo quienes comieron empanadas y todo en un clima ameno, gracias a todos los que vinieron a participar y a escuchar, y a los anfitriones del Centro Cultural.

Fuimos muy felices, y es apenas el comienzo. El jueves 7 de mayo tendrá lugar el Capítulo II. Ya están todos los invitados confirmados, ajustamos algunos detalles para seguir mejorando y, además, después de la medianoche brindaremos por el cumpleaños de Julia González, una de las organizadoras.

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